La intensa acción del viento genera altos costos de reparación. Durante la época de pocas corrientes de aire, México gasta mínimo 6 mil millones de pesos anualmente, pero cuando es temporada de vientos muy intensos, paga cerca de 80 mil millones de pesos por los impactos del fenómeno en la infraestructura.

Hay momentos en que la acción del viento resulta más importante que la actividad sísmica, por lo que es necesario conocer la interacción entre una estructura y los distintos tipos de velocidad de las corrientes de aire, así como las características de turbulencia, declaró el ingeniero Neftalí Rodríguez Cuevas, del Instituto de Ingeniería de la UNAM.

Con el fin de construir instalaciones seguras para los usuarios, es necesario realizar estudios de flujo de viento para entender los fenómenos de inestabilidad que pudieran presentarse. El Laboratorio de Túnel de Viento del Instituto de Ingeniería de la UNAM cuenta con el equipo para llevarlos a cabo.

Recientemente, sus integrantes lograron reproducir y medir lo que sucede cuando se empiezan a desprender vórtices periódicos de las construcciones. Los vórtices son pequeños remolinos, es decir, fenómenos de la mecánica de fluidos que son generados por la naturaleza para disipar energía en zonas muy locales.

Este trabajo es pionero en mostrar una medición a detalle de las características de ese fenómeno, como las presiones que se originan alrededor de un cuerpo.

El investigador Cuevas explicó que en la interacción del aire con edificios, por sus aristas, llegan a generarse vórtices que pueden alcanzar cierta velocidad crítica y al desprenderse, tiran algunos edificios y puentes.

De modelos a la realidad

El Túnel de Viento desarrolla estudios de interacción entre cuerpos y corrientes de aire a través de modelos a escala y técnicas de la mecánica de fluidos; todo ello para entender la acción que los vientos podrían tener en las construcciones reales.

"Podemos lanzar el aire en todas las direcciones que nos interesan y llegar a establecer cómo son las presiones en distintas partes del cuerpo, a diversas alturas, las características de acción e inferir si existe estabilidad en el flujo. De esta manera medimos la estabilidad en la construcción", explicó el ingeniero Rodríguez Cuevas, responsable de este laboratorio.

Este Túnel de Viento produce velocidades de hasta 180 km/hora y está diseñado, principalmente, para entender lo que sucede en el área de la ingeniería civil. Su misión es establecer conocimientos sólidos que permitan diseñar estructuras, con la certidumbre de que no van a sufrir daño por la acción del viento.

Estudios realizados en este laboratorio han culminado en el establecimiento de normas y reglamentos de construcción. La Comisión Federal de Electricidad ha tomado resultados de pruebas en el Túnel de Viento para diseñar instalaciones industriales. También ha servido a la construcción del Palacio de los Deportes, el puente atirantado de la carretera México-Acapulco y el museo Soumaya, entre otros.

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Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM