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Vida extrema en cuevas de Cozumel

Redacción| El Universal
00:10Martes 01 de abril de 2014

La cueva sumergida tiene una capa de agua dulce encima y en la parte más profunda agua de mar. (Foto: Archivo Notimex )

Seres de un mundo subterráneo, donde coinciden el agua salada y la dulce, son vulnerables a la construcción hotelera y los fertilizantes químicos

La península de Yucatán es rica en formaciones subterráneas naturales debido a sus características geológicas. Muchas de esas oquedades permanecen sin explorar por que su acceso es difícil, incluso para espeleólogos experimentados. Para quienes han logrado penetrar a ese mundo submarino, las oportunidades de investigación son vastas.

Francisco Solís Marín, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, ha estudiado organismos que viven en cuevas anquihalinas de la isla de Cozumel, en el Caribe mexicano. En estos sistemas, la cueva sumergida tiene una capa de agua dulce encima y en la parte más profunda agua de mar.

El especialista explica que en la isla de Cozumel, el agua de mar se filtra y percola por las grietas de la roca e inunda las cuevas. Por esas piedras porosas, no pueden pasar peces, pero pueden entrar larvas que miden micras, así como diversas especies marinas de invertebrados como estrellas de mar, ofiuros, erizos y caracoles.

La fauna que puede encontrarse en las cavernas submarinas es fascinante, afirmó el doctor Solís. Como en el interior no hay luz, la fotosíntesis es imposible y como consecuencia, los organismos que viven en estas cuevas se han adaptado a alimentarse y obtener energía de los tapetes microbianos que se forman en las paredes y el techo de la cueva.

Uno de estos peculiares organismos que ha llamado la atención de la ciencia es una estrella de mar. La especie se llama Copidaster cavernicola y se encontró en la cueva llamada "El Aerolito", ubicada al oeste de la isla de Cozumel. El hallazgo es importante porque se trata de la primera especie de estrella de mar cavernícola del mundo.

El primero en verla fue el buzo espeleólogo Germán Yáñez, quien vive en la isla de Cozumel y dio aviso a los científicos, pues nunca antes había visto una estrella de mar viviendo en una cueva anquihalina.

Francisco Solís Marín comentó que estudiar los habitantes de estas cavernas sumergidas no es nada sencillo. Por lo general, se tiene que hacer con el acompañamiento de un buzo espeleólogo y contar con los permisos especiales para explorarlas.

Amenazas

Francisco Solís alertó sobre el hecho de que la construcción hotelera en la isla podría poner en peligro el sistema de cavernas submarinas de Cozumel. Otra amenaza son los campos de golf que se instalan arriba de este sistema de cuevas, debido a los fertilizantes que se utilizan para mantener verdes los pastos se filtran a los sistemas anquihalinos.

Los químicos podrían matar los tapetes microbianos y alterar los ecosistemas, e incluso, las cuevas podrían colapsarse porque el desequilibrio de los ecosistemas va acompañado de un cambio en el pH del agua que podría afectar la estabilidad de estas estructuras.

Riqueza subterránea

Las cuevas anquihalinas de Cozumel no son solo un ejemplo de oportunidades para la espeleología y la biología, sino también para la ecología, geología y otras ciencias de la Tierra.

Se calcula que en México hay más de 25 mil cavernas. En la península de Yucatán sobresale el sistema Sac Actún, el río subterráneo más grande del mundo con más de 2 mil kilómetros de longitud.

De acuerdo con Arturo Montero, maestro en Historia egresado de la UNAM, se usa el nombre de gruta si la cavidad está formada por un solo salón subterráneo que no excede un kilómetro de longitud, y cueva si tiene la misma extensión, pero con varios salones y galerías.

Una caverna presenta una longitud de entre uno y diez kilómetros; si su extensión es mayor, se trata de una gran caverna. Dentro de esta clasificación, los cenotes son pozos naturales ubicados en terrenos calizos que se forman por el derrumbe de una o varias cavernas, explicó el especialista quien ha investigado las formaciones subterráneas naturales en la historia de México.

En el ejido de Jacinto Pat, en el municipio de Tulum, en Quintana Roo, se encuentra la reserva natural de Kilix Ha, cuyo nombre significa Santuario del Agua. Ahí se puede visitar el cenote El Caracol, que al igual que muchos otros cenotes del país, presenta un gran atractivo turístico; sin embargo, esta actividad puede ser devastadora.

Por esta razón, durante años Kilix Ha permaneció cerrada al público, pero ahora los propietarios de la reserva natural colaboran con la empresa Go Natural, establecida en Playa del Carmen, Quintana Roo. Esta se ha propuesto como un objetivo desarrollar infraestructura turística con bajo impacto ambiental.

Tantas grutas, cavernas, cenotes y cuevas por explorar constituyen un tesoro para los espeleólogos de todo el mundo que cada año visitan México, con la intención de contribuir al conocimiento del subsuelo. Por otro lado, el patrimonio subterráneo es un atractivo turístico que puede contribuir al desarrollo económico del país, siempre y cuando se priorice la conservación y la sustentabilidad.

 

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM 



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