Si creías que la única recompensa por aprender un idioma es el poder comunicarte con otras personas, te equivocas, ya que científicos descubrieron que practicar un idioma nuevo puede ser tan gratificante como comer o tener sexo.

Un estudio realizado por la Universidad de Barcelona, el Institut d'Investigacions Biomèdiques de Bellvitge y la Universidad Otto von Guericke de Magdeburg; y publicado por la revista Current Biology, señala que durante el aprendizaje del nuevo idioma el cerebro activa las mismas áreas que se estimulan durante el uso de drogas, comida y sexo.

Según informa el portal ABC, la razón para realizar esta investigación era conocer qué circuitos de placer y recompensa se podrían activar durante el aprendizaje.

Para realizar el estudio se sometieron a 36 personas a resonancias magnéticas y descubrieron que los circuitos que se activan al aprender el idioma son los mismos que se activan al practicar sexo.

Esta investigación podría explicar por qué los adultos desean aprender más idiomas además del posible instinto de aprender por la necesidad de comunicarnos con otros.

kal