Uno de los problemas actuales más importantes dentro de las empresas se refiere al hecho de que las actividades y propósitos de las áreas de sistemas respecto a las demás estrategias empresariales parece ser divergente respecto a la consecución de los grandes objetivos empresariales.

Las organizaciones actuales cada vez presentan mayores grados de dependencia hacia las áreas de Tecnologías de Información. Hasta el 50% del capital de las empresas se gasta en estos menesteres. Las empresas quieren tener sus sistemas operando los 365 días de año con el mayor número de datos almacenados y por consiguiente surge un gran cúmulo de costos asociados a la seguridad y protección de los mismos.

Sin embargo, cuando las estrategias de la empresa y las de las áreas de tecnologías de información no están bien alineadas, las organizaciones tienden a invertir dinero y esfuerzo que de ninguna manera contribuyen a conseguir los resultados que les importan a los accionistas.

Existen varios factores para que esto ocurra. Por un lado tenemos la ausencia de políticas internas relacionadas, la falta de control y seguimiento de los proyectos y programas que representan importantes erogaciones de la empresa y por otro lado la ausencia de estrategias de gobierno de las tecnologías de información. Solamente un pequeño puñado de empresas cuentan con los marcos de referencia adecuados para realizar la correcta y consistente toma de decisiones en este tipo de inversiones de alto impacto.

Las organizaciones apenas están comenzando a entender las relaciones entre las inversiones en tecnologías de información y sus negocios. La falta de medidas consistentes han sido el talón de Aquiles para poder llevar al cabo acciones que garanticen el aumento de valor para las empresas. La medición del beneficio potencial de un proyecto de tecnologías de información no es riguroso ni mucho menos, se piensa que la sola inversión en tecnologías de punta traerá beneficios importantes. Hasta las organizaciones más adelantadas en las prácticas de gobierno de las tecnologías de información no encuentran la manera adecuada de mantener un cuadro que contabilice adecuadamente la asignación de recursos hacia los proyectos específicos de tecnologías de información.

La mayoría de los Directores de Sistemas, comentan que representa un gran reto para sus áreas el poder aplicar procesos centralizados a fin de coordinar y monitorear aspectos tan divergentes como lo son: la seguridad, el cumplimiento de normas y leyes, la planeación de los recursos empresariales y la llamada inteligencia de negocios.

Ya vamos avanzando, sin embargo aun nos falta camino para lograr que las empresas efectivamente exploten todo su potencial de largo plazo y que fomenten una relación sana de la empresa con el CIO o Director de sistemas Corporativo.

*Aspirante al Doctorado en Administración de la Universidad Anáhuac México Sur