aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Ocurrió en Cancún

¿Para qué sirven las plataformas de moda, los acontecimientos, los desfiles, los encuentros, en fin, todo aquello que nos convoca en torno a una amante insaciable y, a la vez, generosa? Cancún Moda Nextel arriesga una respuesta. Descifrémosla juntos.

. (Foto: Especial )

Viernes 22 de junio de 2012 Bernardo Hernández | El Universal13:08

Ahí está la diosa venida de Estonia, pisando como sólo ella sabe hacerlo, una pasarela que se antoja infinita. A diferencia del resto de las modelos que integran el siempre aplaudido casting de Cancún Moda Nextel, Carmen Kass, quien nació en la ciudad de Tallin en 1978, no se desplaza como las demás. Rompe la acartonada verticalidad corporal e, imponiendo su voluntad estilística ante la rigidez de la columna vertebral, dibuja con su espalda, con su talle y con la interminable longitud de sus piernas, una silueta perpendicular y ondulante que convierte cada uno de sus pasos en una declaración de principios. ¡Eso es caminar, caray! Eso es devorar la pasarela, dominarla, dejarse seducir por ella y, sobre todo, respetarla. Eso es lo que una modelo debe conseguir: que la ropa se vuelva parte de su ADN y, por un momento, no percibamos otra cosa que no sea su andar ritual.

Ya nomás por eso valió la pena llegar hasta Quintana Roo; ya nomás por eso, por asir la quinta esencia de la moda contenida en la filiforme presencia de Carmen Kass, valió la pena soportar la hoguera de las vanidades en que se ha convertido este evento. Valió la pena esquivar los dardos cargados de veneno, darle el trago amargo al cocktail endulzado con cianuro y comprobar -una vez más- que la fauna de la moda nacional es un zoológico de cristal compuesto por alacranes, anacondas, viudas negras y una aterradora plaga de langostas.

Por fortuna, no todos los integrantes de la moda mexicana son así. Por extraño que parezca, también hay otra clase de seres, algunos de ellos con alas y dotados de una inteligencia y una sensibilidad asombrosas. Tal es el caso de ‘La Gran Dama de Negro', mi querida Lupita Aguilar, cuya charla invariablemente es un placer, una lección de humildad, de arraigo a lo nuestro, a lo que verdaderamente importa. Y con el privilegio de tener como telón de fondo esa extensión de jade, zafiro y turquesa líquidos que es el Caribe Mexicano, Lupita me pregunta: "¿Qué te ha parecido el evento, amigo?".

La interrogante, que parecería insulsa, fácil de sortear con algún comentario políticamente correcto, es algo más, es una partida de ajedrez para derrumbar alfiles, torres y hacer tambalear al rey. Es un guiño para sincerarse y, también, para reflexionar. Y así lo hago. Un paseo por la playa, en vez de aclararme el panorama, me provoca más dudas: ¿Qué representa Cancún Moda Nextel? ¿Qué aporta? ¿Para qué nos sirve? La palabra la tiene Peter Foyo, presidente de Nextel México: "Moda Nextel busca la vanguardia en la industria de la moda al presentar las creaciones de talentosos diseñadores, tanto mexicanos como extranjeros. En esta edición exhiben sus propuestas resort Julia y Renata Franco, Jesús Ibarra + Bertholdo, Inés Barona, Ricky Sarkany, Josie Natori, Cubavera, Laundry by Shelli Segal y Jantzen. Para Nextel, el futuro es ahora, y nos esforzamos por generar un valor agregado al servicio que ofrecemos. Esto es lo que nos caracteriza como empresa, estar siempre en evolución, en constante cambio y movimiento, lo cual nos permite acercarnos a nuestros clientes y satisfacer sus necesidades. Todo esto se demuestra con el ya tradicional pero innovador evento Cancún Moda Nextel".

¿Logra este suceso cumplir con tan robustas ambiciones? La respuesta, me parece, es lineal: sí, al menos desde una perspectiva empresarial y mediática. Este suceso es un éxito desde varios ángulos de análisis, eso es indudable. Sin embargo, yo lo veo desde otra perspectiva que, por supuesto, no es sino una visión personal, tan subjetiva y cuestionable como cualquier otra, pero igualmente válida.

Yo considero que Cancún Moda Nextel es un espejo en el que cada uno de los invitados ve reflejado lo que anhela, lo que se le escapa o lo que pretende capturar. Para algunos, este acontecimiento será tan solo el pretexto para ver cuerpos hermosos, beber alcohol hasta perder el estilo y las pocas neuronas que les queden, o bien, el escenario idóneo para que, cual panteras de boutique, deambulen ante los demás presumiendo lo que tienen u ocultando aquello que no poseen. Para otros, representará la oportunidad de hacer negocios, de trabajar arduamente y exponer su fuerza creativa. Para mí, es un planeta con muchas actividades satélite, es una fiesta que subraya el aspecto lúdico de la moda, es un espejismo de bolsillo, es el encuentro con seres queridos y adorables enemigos. Es Ely Guerra cantando a capela ‘Vale que tengas', mientras los vaporosos vestidos de Julia y Renata pueblan la pasarela y nos revelan que la moda también es poesía. Yo me quedo con eso, con esa imagen poética plena de talento, arrojo y templanza que me brinda un espejo llamado Cancún Moda Nextel.



PUBLICIDAD