Esta pequeña planta aromática es primordial en la preparación de pescados, carnes y verduras. Con su exquisito sabor el estragón, originario del noreste de Europa y de las regiones templadas de Asia, cuyo nombre significa pequeño dragón.

Desde hace siglos su cultivo ha sido con fines gastronómicos. El primer país en utilizarlo fue Francia, al paso del tiempo se extendió hacia Rusia, donde se convirtió en una hierba muy degustada. La variedad más común, por su refinado sabor, es la francesa. Su cultivo es delicado y requiere de cuidados.

Las hojas de esta maravillosa planta suelen ser lisas y sin pelusa, cuando están secas, tienen un olor similar al del heno. Se le conoce también como planta dragoncello en italiano, estragón en portugués, dragón en holandés, estragón en alemán y tarhhun en árabe.

Existen dos tipos de estragón, el francés auténtico de aroma y sabor dulce parecido a la vainilla y al anís. Otra de sus variedades es el ruso, con un sabor más intenso y áspero, amargo y aceitoso, pero que abre el apetito.

El estragón es una de las hierbas aromáticas que posee varias propiedades como; la digestiva, tónica y reconstituyente, antiácida, diurética y antiinflamatoria.

Se recomienda masticar algunas hojitas para perfumar el aliento y para adormecer el gusto. Su aceite se emplea mucho en perfumería, como señala el libro Cocina Internacional de María A. Carbia.

Su uso en la cocina sobresale en las ensaladas, en platillos elaborados con pollo, pescados, huevo y en algunas sopas. También destaca en el uso frecuente de algunas salsas francesas o en algunos aderezos de vinagre y aceite de oliva.

Se puede consumir también en infusión de 30 gramos por litro de agua. Este actúa como un excelente aperitivo, y después de la comida si se quiere una buena digestión.

El estragón se puede adquirir deshidrata, en paquete, entera o en trozos. De esta planta también se vende el vinagre de estragón, un buen condimento para ensaladas.

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