"Irremediablemente te enamoras ", dice Ángel Gutiérrez, director de la agencia de viajes, luego de preguntarle si es verdad lo que dicen los jinetes: que un paisaje nunca será igual si se observa
montado sobre un caballo. "No, no es lo mismo. El punto de vista y el movimiento del caballo hacen que veas las montañas con una mirada nueva".

Ante la promesa decimos que sí a la aventura de trotar desde Guanajuato hasta San Miguel de Allende. Es domingo, el punto de reunión es en el centro de la ciudad. Tendremos una cena donde conoceremos a todo el grupo.

Ángel nos pide llevar ropa de montar, botas y una chamarra, ya que por la noche la temperatura baja a 10° C. "Es te paseo es para quienes tienen un nivel de experiencia intermedio. Todos los días se montan alrededor de ocho horas".

En el grupo hay jinetes belgas, franceses y españoles. Ángel aclara que mañana debemos madrugar para conocer las monturas y a los caballos. Nos regala un sombrero, espuelas y la información de  los lugares que visitaremos.

Rumbo a Dolores

Seis de la mañana. El desayuno está servido, pero lo único que se desea es volver a dormir. Salimos hacia el Rancho Colomitos donde ya están listos Rarámuri, El Indioy La Caladora, tres de los seis caballos que viajarán con nosotros. Son de tipo apalusas y criollos. Me toca La Caladora, una yegua que dicen es la favorita de los jinetes. Su pelaje es rojizo y se inquieta
cuando los bichos la molestan.

Vamos sobre el Camino Real, algunas parte son de terracería y otras de piedra original. De Guanajuato al primer punto, que es el municipio de Santa Rosa, son unos 20 kilómetros. Ahí dormiremos en un refugio de montaña y cenaremos. La comida la hacemos a las 15 horas, a mitad de camino. Durante todo el trayecto nos acompaña un vehículo que lleva nuestro equipaje y la comida. Se monta un picnic con todo y vajilla. Hay ensaladas, pastas frías y vino tinto.

A excepción del jueves y sábado, que son libres para conocer San Miguel y Guanajuato, todos los días las comidas serán similares. Habrá un descanso para dormir la siesta.

Para no agotar al caballo se viaja a tres velocidades: a trote, a galope y a paso. La velocidad de un caballo es de seis kilómetros por hora.

El martes se llega a Dolores Hidalgo, donde se dejan los caballos y se hace un recorrido por la plaza principal. Al día siguiente se viaja a Atotonilco y se conoce la Hacienda de la Erre. El jueves se sigue hacia Xoconoxtle para llegar a la Cruz del Palmar, a orillas del río San Juan y  pasar la noche en San Miguel.

El viernes a las seis de la mañana se sigue a Guanajuato, donde se ofrece una cena y se entregan los reconocimientos por recorrer la ruta.

Se cumple la ofrenda

El sonido de los cascos provoca un silencio entre los jinetes y puedes sentir cuando el caballo está alerta o tranquilo. En todo el viaje no nos faltó un paisaje brillante y nunca, sino hasta hoy, nos preguntamos por qué el cielo es tan azul.

Sí, desde esta altura todo se ve diferente y lo que era promesa ahora es realidad.

  Ecoturismo & Aventuras de México
Costo por persona, desde 15 mil pesos. Incluye: hospedaje en hoteles de 3 y 4 estrellas, traslados, comidas y vino, guía, caballos, sombrero, paliacate y espuelas. Reserva con un mes de anticipación. Próxima salida: 13 de noviembre. Llama al 01800 326 78 82.

cvtp