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Tequisquiapan se me antoja

Callejones, clima ideal y buen vino son algunas de las cosas que ofrece esta población queretana

Durante los fines de semana hay música y venta de antojitos mexicanos. (Foto: FOTOS: CORTESIA SECTUR QUERÉTARO )

Lunes 26 de julio de 2010 Jessica Servín | El Universal00:23
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Alejarnos de la lluvia de la ciudad y alargar el fin de semana era el pretexto. Salimos un viernes a las 10 de la mañana rumbo a Querétaro, queríamos llegar a Tequisquiapan a la hora de la comida, al Rancho El 7, como nos habían recomendado.

"Estamos cerca", dice Alejandra, una de las cuatro chicas que viene en el auto. Está adelante de San Juan del Río, a unos ocho kilómetros.

Ale ve el letrero con el nombre del restaurante  y me avisa para que dé vuelta, lo que nos advierte que de no ir acompañada nunca hubiera visto la señalización.

Entramos al lugar y pedimos la especialidad, un filete en salsa de tuétano, también hay chile relleno de tres quesos, y para acompañar, una cerveza. El gasto  por persona fue de 100 pesos.

Desde el rancho a Tequisquiapan se hacen unos 25 minutos. El hotel que reservamos está justo en el centro de la ciudad y es ahí donde nos olvidaremos del automóvil.

Cuando entramos a "Tequis" nos recibe una calle empedrada. Y no es, sino hasta que se llega al centro, que el verdadero pueblito se muestra más pintoresco, con casitas de dos pisos y balcones, pintadas de amarillo, verde y púrpura, con banquitas de madera en sus puertas y  macetones de violetas.

Aunque es más cómodo llegar en el propio vehículo, dentro del pueblo puede ser una pesadilla, y es que prácticamente todos son callejones y las que son calles están muy angostas.

Luego de dejar las maletas salimos a caminar a la plaza Miguel Hidalgo y aprovechamos para visitar el mercado de artesanías que está en la calle Carrizal.

Aquí venden objetos de mimbre y cestería, además de piezas artesanales de todo el país.

"Miren, allá está una librería", señala Ximena, mi amiga desde la infancia y la organizadora de este viaje al que se ha denominado "sólo para solteras".

Es la Librería Rulfo puedes encontrar libros de Tequis y hasta uno del poeta regional, Armando Zamora.

Lo mejor del sitio y para nuestra suerte, es que es viernes y hay tertulia literaria con todo y cafecito gratis. Por supuesto, que nos quedamos.

Sábado de vino

Desayunamos en el hotel y reservamos una visita guiada para aprender la elaboración del vino en Cavas de Freixinet (www. freixenetmexico. com. mx ). El tour lo pedimos a las 14 horas e inició
con la proyección de un vídeo sobre la historia de la cava y su producción. Su especialidad son los vinos espumosos pero también se fabrican tintos y blancos.

El tour continúa con la explicación del método champenoise , para después mostrarnos el proceso y la forma en la que empacan el vino.

Finalmente lo degustamos y lo hacemos acompañar de trozos de queso, que dicho sea de paso, son regionales y su fabricación cuenta con más de 600 años de tradición.

De regreso a Tequis salimos a comer. Como Fabiola, la tercera a bordo del viaje, le gusta comer muy bien, ya tiene una reservación disponible en el restaurante Capricho's, localizado en los  arcos de la plaza principal, y que para sorpresa de las demás, el menú presumía una  gastronomía tipo fusión francesa-mexicana.

Pedimos queso de cabra en salsa de flor de calabaza, y unas costillas de cordero a la menta que acompañamos con un chardonnay.

Domingo en el cielo

El día comenzó a las cinco de la mañana. Fueron por nosotras hasta el hotel para llevarnos a los cientos de hectáreas de la Hacienda Grande. Hoy volaremos en globo aerostático.

La aventura inició a las seis de la mañana, nos ofrecieron un desayuno ligero con frutas y café. Después subimos al globo y despegamos en un viaje que duró 45 minutos.

En el cielo, observamos todo Tequisquiapan. Vicente, nuestro guía, nos señaló la Peña de Bernal y el Parque de la Pila. Este tipo de paseos se organizan sólo en la mañana por la velocidad del viento. Su costo por persona es de mil 485 pesos.

Al llegar a tierra, la indicación es sujetarse muy bien y no ponerse nervioso con los saltos que dé la canastilla. Para relajarnos nos ofrecen una copa de vino y una tarde en la piscina de la  hacienda.

Si lo prefieres, también podrás montar a caballo. Esta actividad tiene un costo extra. Reserva con una semana de anticipación: www.vuelaenglobo.com

 

 cvtp



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