aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Para chicos que aman la aventura

Ver un glaciar es una experiencia impactante para quienes viajan a Alaska
Sábado 06 de febrero de 2010 El Nuevo Día/GDA | El Universal00:27
Comenta la Nota

Para la mayoría de los adultos, un viaje a Alaska es una experiencia de esas que hay que hacer al menos una vez en la vida. La primera vez que visité este destino, hace 16 años, la verdad es que no sabía qué esperar. Pero esa experiencia inicial me ayudó a enamorar a muchos con la idea. En mi quinto viaje pensé que era el momento de llevar a mi hija y también se añadieron los sobrinos.

Como referencia debo indicar que los chicos que llevé tenían 8, 10 y 14 años. Y el saldo fue extraordinario. Es un excelente destino para niños y adolecentes por la cantidad de actividades y referencias que éste ofrece para ellos.

Viajamos en el crucero Star Princess, saliendo de Seattle, en un circuito que visitó el Pasaje Interior, Ketchikan, Tracy Arm, Juneau, Skagway y Victoria, en Canadá. A Seattle lo ideal es llegar un día antes para aprovechar una visita al acuario y zoológico.

El Acuario es muy interesante, está en el área de los muelles. En el caso del zoológico hay ballenas, osos, toda la fauna del habitat. El recorrido puede tomar todo el día. También en Seattle está el Space Needle y el Pike's Place Market.

Mis chicos disfrutaron esta experiencia inicial porque pudieron desayunar en una 'crepería' francesa, vieron el área donde venden los pescados, y hay muchos puestos de flores y comestibles de la región. Al día siguiente, iel gran día para el embarque hacia la expedición a Alaska! . A continuación recomendaciones de qué hacer en cada puerto:

• Ketchikan: Para el día uno es bueno hacer un tour a pie, visitando tiendas. Busca las "Ketchicandies", unas galletas cubiertas de chocolate blanco, oscuro y amargo. Se puede visitar además el Creek Street, una calle sobre pilotes de madera, que lleva a una la tribu Saxman. En su pueblito se aprecia la talla de los tótems, hacen bailes folklóricos y también exhiben en un museo objetos históricos.

Los más intrépidos pueden hacer el tour de "zip-lining" que cruza un puente colgante. También hay un funicular desde donde se aprecia una vista espectacular de la localidad. Es bueno llevar sombrilla por si llueve. Se puede caminar hasta el muelle.

• Inside Passage: En este puerto es bueno permanecer con abrigo y binoculares en la cubierta del barco, desde donde se avista la costa de Alaska en todo su esplendor: el Glaciar Tracy Arm, bordeando los fiordos, cascadas, águilas de cabeza blanca, pueden verse las ballenas, leones de mar o focas, así como témpanos de hielo. El mejor lugar para verlo todo es la popa del barco, no hay mucha gente y el panorama se divisa divinamente. Es indescriptible el efecto de esta experiencia en el ánimo de los chicos.

• Juneau: En la capital de Alaska está uno de los glaciares más famosos, el Mendenhall, imponente no sólo por su tamaño sino por su belleza. En su ruta se puede visitar el jardín botánico y el glaciar, por supuesto. En 20 minutos el taxi los deja en el centro, donde se pueden caminar los senderos y escalar algunas rocas. Se puede visitar el museo y bicicletear por cuatro horas, hasta llegar al Mendenhall. Este tour termina en una fábrica de cerveza donde los adultos pueden degustar una buena variedad. Hay otro funicular todavía más alto que se toma en el mismo centro del pueblo.

Al finalizar las actividades un encuentro en el Red Dog Saloon es buena idea. Se trata de un restaurante-bar de la época de "la fiebre del oro" y la verdad es que es muy singular. Los niños disfrutan mucho la decoración con pisos de aserrín, cabezas de animales colgando de las paredes y un ambiente muy vaquero. En esta ocasión recomendamos un taxi hasta el muelle.

• Skagway: Este es el día del tour en helicóptero, cuyo boletos se compra en el barco, con antelación. Este tour se puede hacer también en Juneau. Pero decidimos hacerlo en Skagway porque, aunque fue en Juneau donde comenzó "la fiebre del oro", este pueblo es más pequeño (700 habitantes) y se visita fácilmente después del tour. También se puede combinar el tour del helicóptero con el del trineo tirado por perros. Aquí te proporcionan las botas y los chalecos especiales. Los acomodan en los helicópteros según el peso, nos ponen cascos... ¡y a volar! El panorama es único.

Desde que se aterriza en el Glaciar Mead (25 millas de largo) los niños no paran de reírse de la emoción. Cuarenta minutos es suficiente para este tour. Luego se puede caminar al pueblito, muy pintoresco, donde también se pueden hacer las últimas compras.

• Isla Victoria: Hay dos visitas muy recomendadas aquí, el jardín botánico y la excursión de degustación de vinos y chocolates. Tomamos un taxi que nos dejó a la entrada de la ciudad, caminamos por toda la marina, la calle principal hasta llegar al Chinatown. Esta es una ciudad muy hermosa, muy artística, flanqueada por el Palacio Legislativo y por el imponente Hotel Empress en la marina.

 



Comenta la Nota.
PUBLICIDAD