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La otra cara de la Ciudad Luz

Cuatro excursiones creativas revelan los rincones ocultos y divertidos de la capital francesa
Lunes 02 de noviembre de 2009 El Nuevo Día/GDA | El Universal00:57
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Si has posado para una foto frente a la Torre Eiffel, si has contemplado la Mona Lisa en el Louvre y has subido hasta la cima del Arco de Triunfo... Si piensas que lo has hecho todo en París, no te preocupes, porque hay muchas aventuras fuera de lo común que te esperan al regreso.

Además de los lugares emblemáticos, de las multitudes de turistas y de las cámaras que relampaguean, unos pocos guías te llevarán a tours inusitados tras bastidores, literalmente, en un "Tour de película", o a descubrir los refugios de los artistas en Belleville, fuentes de famosos jardines e iniciativas alrededor ambientales con el ambiente. Junto con los curiosos locales, alcanzará a ver un París diferente.

Para conocer a los artistas y citadinos: http://www.paris-prm.com, $17 (12 euros) ofrecido varias veces por semana.

Justo a pocas paradas del metro y lejos de los principales monumentos de la ciudad se encuentra una comunidad pasada por alto que bien merece la vuelta, especialmente en compañía de Angenic Agnero, quien dirige la organización sin fines de lucro "París par Rues Meconnues" (París a lo largo de calles Desconocidas).

Agnero ha estado recorriendo las calles del vecindario por 10 años, entrevistando a sus habitantes. Ahora posee las llaves -o más bien los códigos de las puertas- de muchos edificios, permitiendo a los visitantes descubrir un lado oscuro del área.

Caminando por sus calles estrechas, Agnero revela floridos patios interiores que esconden esculturas antiguas, a las que se le han añadido instalaciones artísticas y murales. Una vez cerrada la puerta, es fácil imaginarse que está a millas de distancia de París, en la tranquila campiña.

Aunque desconocido por muchos, Belleville ha gozado de buena reputación. Según se dice, la cantante de La vie en rose, Edith Piaf, inició su carrera aquí cantando en las calles.

La película de 2007, La Vie en Rose, de Olivier Dahan, con la actriz francesa Marion Cotillard, cuenta la historia de la pobre muchacha que llegó a ser la estrella más grande de la nación. Muchos años antes que ella, un muchacho persiguió un globo por las calles adoquinadas en la película de la década de 1950, The Red Balloon.

Belleville, una comunidad de clase trabajadora, alberga ahora a muchos ceramistas, artistas de mosaicos y artesanos diversos. En vez de hablar sobre la larga historia del área, Agnero le presenta a usted a sus amistades y comparte historias, incluyendo una acerca de un hombre que viajó a Francia en bote ilegalmente y puso a su bar el nombre de Le Petit Navire (el pequeño bote) para demostrar su gratitud. Cuando estés allí, escoge sombreros, regalos y zapatos a la medida, todo hecho allí mismo.

TOUR HÚMEDO

Tour acuático: http://www.pavillondeleau.fr, $7 (ó 5 euros), ofrecido varias veces por semana. Cada tour parte de un área diferente.

Un guía avezado lleva a grupos pequeños en un paseo a través de barrios escogidos enfocados en el agua. Aunque no resulta obvio de buenas a primeras el tema del agua está presente en todas partes alrededor del Jardin des Tuilleries, diseñado por Andre Le Notre, un arquitecto paisajista, en el siglo 17.

Aquí, los artistas hacen que los ríos cobren vida a través de esculturas. Los ríos Loire y Loiret se convierten en un hombre y una mujer.

"El agua siempre ha sido un problema", dijo el guía Hugues Meles, al explicar que, a pesar de que el río Sena proveyó mucha agua, siempre se usó también como alcantarilla y, por consiguiente, el agua es insegura para beber.

En 1807, había sólo 56 fuentes para 647 mil  habitantes, aproximadamente. Napoleón construyó el Canal de l'Ourcq y el Canal San Martin en 1808, siguiendo el consejo de que, para hacer felices a los parisienses, había que darles agua.

Fuera de las paredes de los jardines, tal como se esboza en un mapa, ocho estatuas representan las ciudades portuarias más grandes de Francia. Marsella es una mujer con un sombrero uva sentada sobre un bote, sujetando una rama de olivo, un símbolo de paz y el Mediterráneo.

En la Plaza de la Concordia, Meles le habla del obelisco -un obsequio de Egipto a París- y de las dos fuentes que lo rodean.

Se enterará de que las populares fuentes Wallace, usadas por los parisienses para apagar la sed en los días calurosos, recibieron su nombre en honor al filántropo inglés, quien se horrorizó al descubrir que había que pagar por un vaso de agua en París. Él construyó fuentes alrededor de la ciudad y proveyó ayuda gratis para todos.

Y si el recorrido le ha dado a usted sed, pregúntele a Meles sobre el agua gratis disponible para embotellar en el barrio 16.

EL TOUR VERDE

Eco visita a París: http://ecovisitparis.com, $113 (80 euros), ofrecido diariamente. Empieza en la Plaza de la Concordia.

Si puedes darte este lujo, deja que Erwann Maizy te lleve en una visita en aire acondicionado de la ciudad de las luces en su elegante Prius, reconocible por la pintoresca impresión de un árbol gingko biloba, el árbol más antiguo del mundo.

En la comodidad de un automóvil híbrido que se desliza silenciosamente a través de las muy concurridas intersecciones, este amante de la naturaleza señala que sensores de aire que ayudan a AIRPARIF, un sistema de monitoreo del aire, miden la calidad del aire que los parisienses respiran diariamente.

Maizy explica que Le Notre diseñó los Campos Eliseos en 1670 para que el sol se pusiera al final de ellos. Hoy, el Arco de Triunfo se convierte en un marco para las puestas de sol dos veces al año -alrededor del 6 de mayo y el 1 de agosto.

En la avenida donde las multitudes se congregan para ver el final del Tour de Francia, Maizy destaca también el primer edificio iluminado con diodo emisor de luz (LED) en el mundo, ahora propiedad del periódico francés France-Soir.

Con cien mil árboles alineados por los paseos, París se ha convertido en la ciudad europea más arbolada, según Maizy.

Mientras maneja lentamente a través de las calles para recargar la batería de su auto, habla del jardín vertical en el Musee du Quai Branly y de otros jardines, que la mayoría de las personas desconocen.

La Opera Garnier no le parecerá la misma una vez se entere de que hay colmenas encima de su tejado. Y si siente hambre, o simplemente va en busca de un souvenir, pídale a Maizy que se detenga en la tienda de regalos de Opera o en la popular tienda Fauchon para escoger un tarro de miel urbana.

 

cvtp




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