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Restaurante Asia de Cuba: mestizaje fecundo de latino-asiático

Cocineros y empresarios de hostelería siguen devanándose los sesos para encontrar creativas y exquisitas combinaciones a la cocina latina, como Jeffrey Chodorow en Asia de Cuba, un local entregado a las tentaciones latino-asiáticas

Asia de Cuba, un restaurante que ofrece platillos latino-asiáticas . (Foto: Archivo )

Viernes 29 de mayo de 2009 Emilio J. López/EFE | El Universal12:18

En realidad, más que de un local habría que hablar de seis: localizados en Scottsdale (Arizona) , Miami, Los Ángeles, Nueva York, San Francisco y Londres, lo que prueba el acierto de la fórmula "La-Sian" concebida por el empresario Chodorow.

El grupo de restaurantes Asia de Cuba, considerado como uno de los más sugerentes y vanguardistas de Estados Unidos, apuesta por un mestizaje fecundo de ingredientes latinos y asiáticos.

Son platos inspirados, con toques innovadores y mucho de sorpresa, como la tunepica (picadillo de tartar de atún con aceitunas españolas, coco, almendras, wonton (fideos) crujientes y vinagreta de soja y lima; o la ropa vieja de pato (confit de pato con calabaza, alcaparras, salsa de oporto y hoisin y repollo) .

"Somos lo que comemos" , dijo el escritor español Josep Plá. Y los fogones de Asia de Cuba expresan sin duda las nuevas tendencias y cambios de hábitos culinarios actuales, un reflejo del mestizaje y la interculturalidad cada vez más presente en Estados Unidos.

Desde luego, la cocina latina de fusión es una verdadera piedra de toque de la moda culinaria en este país. La prueba es que una legión de chefs no hispanos han entrado a saco en la variada despensa del Nuevo Mundo.

Y en el caso de Asia de Cuba, el encuentro de la gastronomía asiática y cubana no resulta forzado sino muy logrado y sorprendente, como esos cuentos que se suceden en el "Libro de la mil y una noches" , siempre inagotable, vasto.

Se diría que son casi infinitas las posibilidades de combinación entre estas dos cocinas.

Entre los entrantes, una de las mejores opciones es la ensalada de calamares con ayote (un tipo de vegetal) , corazón de palma, plátano, anacardo, lechuga radichio y endivia, aliñada con un salsa de naranja y sésamo.

Platos muy volcados hacia la delicada filigrana japonesa, los camarones tempura, con frijoles negros y jalapeños alioli y sacramentados con una salsa de naranja y sésamo es también un buen preámbulo al almuerzo o la cena.

Conviene recordar que las porciones servidas son de dimensiones pantagruélicas, muy a propósito para compartir los platos entre amigos, lo que convierte la comida en un rito festivo y de expansiva cordialidad.

Llama la atención esa suerte de mesa onírica y comunal, tras altas cortinas blancas, que ocupa uno de los comedores del establecimiento, cuya sorprendente decoración es obra del diseñador alemán Marcel Wanders.

Mesas, sillas, cubertería, lámparas... todo prácticamente en el restaurante es sometido a la tiranía del color blanco, que crea un ambiente surrealista y caprichoso en contraste con piezas decorativas de proporciones descomunales.

El capítulo de los combinados en Asia de Cuba, que abrió sus puertas en el hotel Mondrian de Miami, es un renglón muy atractivo, con cócteles tan innovadores como el saketini con fruta lichi, a base de vodka, malibú y puré de lichi; la caipiriña con fruta de la pasión o el mojito millonario, en el que entran ron de caña 10 años, grand marnier y lima.

El apartado del sake (vino de arroz) oferta media docena de marcas muy interesantes, con precios que van desde los 35 dólares hasta los 130 dólares la botella.

Este maridaje de lo latino con lo asiático en asunto de cazuelas arroja también platos de fondo de hechura innovadora, como el denominado Asia de Cuba "mar y tierra" , un dúo de lomo de res a la plancha y camarones tempura con una salsa de piña y aguacate, chile ponzu y chipotle.

Llama la atención el cerdo asado y caramelizado con ron de miel, acompañado de plátano frito y hongos enoki.

Para la cena, es muy recomendable reservar mesa en la terraza al aire libre, abierta a la bahía de Miami Beach, con una vista panorámica hipnótica.

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