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Ankara, la capital olvidada

Esta típica ciudad Mediterránea está plagada de mezquitas, museos y comercios que le dan un aspecto entre lo moderno y lo tradicional

En Ankara se mezclan mezquitas, universidades, embajadas y edificios modernos. (Foto: EFE )

Martes 04 de noviembre de 2008 EFE | El Universal00:36

Encrucijada entre un oriente tradicional y un occidente europeizado, Ankara realmente podría pasar por cualquier ciudad de Europa del Oeste. Ubicada en la meseta central de la península de Anatolia, un gran red de carreteras y vía férrea la une con el resto de las 80 provincias del país. La opción más elegida es la del autocar, que salen cada 15 minutos para conectarla con Estambul, aunque también se puede elegir el avión, que tiene conexión entre las dos cada hora.

Con sus 4 millones de habitantes, aproximadamente, el nombre de la ciudad proviene de la palabra "ancla" ya que está en la ruta comercial que utilizaban los frigios, los persas y los romanos.

Desde que el padre de la actual Turquía, Mustafá Kemal Atatürk, declaró capital a Ankara en 1923, no ha hecho más que crecer a lo alto y a lo ancho. Uno de los ejemplos más característicos es Atakule, una torre que ofrece unas fantásticas vistas de la ciudad. Sobre ella se encuentra un restaurante giratorio para no perderse ni un detalle de la metrópoli, eso sí, no apto para los que padecen de vértigo.

Tal y como manda la cultura mediterránea, cientos de terrazas se abigarran sobre las aceras y entre el tráfico enloquecido. Uno de los ejemplos más característicos es la zona de Bahçelievler, donde se encuentra también la Biblioteca Nacional. El olor a narguile, o pipas de agua , se confunde con el aroma de maíz de los puestos de venta ambulante.

Poner un pie en el bullicioso y céntrico barrio de Kizilay es adentrarse en el mundo de los estudiantes atrapados a las modas urbanas. En la boca del metro una multitud de solitarios siempre espera a alguien, ya que es una de las zonas más transitadas de Ankara.


TÍPICA CIUDAD MEDITERRÁNEA.

Aquí, las tiendas de más alta categoría se mezclan con los vendedores ambulantes, jóvenes con chaqueta de cuero, empresarios con traje o mujeres con velo. Kizilay es además dominado por una de las más grandes- aunque moderna- mezquitas del mundo. Kocatepe Camii es sin duda uno de los símbolos más emblemáticos de la ciudad.

Ankara está plagada de mezquitas, universidades, embajadas y edificios modernos. Aun así el Museo de las Civilizaciones Anatolias sirve como punto de inflexión e inyecta el punto histórico a esta metrópoli.

Se trata de uno de los museos más interesantes de Turquía. Objetos que van desde el Paleolítico o periodos como el frigio o el lidio sumergen al visitante en la interesante historia de Anatolia. Cerca de este centro se encuentra la exquisita ciudadela, uno de los pocos lugares que conservan la esencia de la antigua Ankara. ¿Quién dijo que entre edificios de interminables cristaleras no podrían encontrarse pequeños huecos mágicos llenos de tradición?.

Esa ciudad de vendedores de alfombras que Atatürk convirtió en capital le rinde homenaje en prácticamente cada esquina. Cientos de retratos del fundador de la actual Turquía cuelgan de edificios y se levantan sobre parques y avenidas. El nacionalismo turco cuelga de las ventanas de casi todos los edificios de Ankara. Los colores rojo y blanco de la bandera turca descienden sobre las fachadas por todos los sitios.

Atatürk descansa en el Mausoleo, una estructura arquitectónica que no debe pasar desapercibida para ningún viajero. Imponentes columnas resguardan la tumba que se encuentra en una gran sala donde predomina el mármol. En el patio principal están las salas del museo donde hay imágenes del padre de la moderna Turquía junto a libros, muebles y otros objetos personales.

Si estás pensando en viajar a Ankara, recuerda que posee en típico clima continental. Los inviernos son fríos, con una espesa capa de nieve que cubre la ciudad algunos meses. Los veranos son calurosos y muy secos, por lo que la mejor temporada para conocer la ciudad es en primavera.

En esta época los parques empiezan a llenarse de gente y en los lagos cercanos se encuentran numerosos turcos realizando una de sus actividades favoritas de domingo: irse de picnic.

Un ejemplo es Mavi Göl, a menos de una hora del centro de la ciudad, donde el olor a köfte (albóndigas de carne a la parrilla), inunda cada rincón.

Los parques cobran un protagonismo especial en Ankara. A quien le apetezca tomar un poco de aire puro sólo tiene que acercarse a Dikmen Vadisi Parkι, cerca del lujoso barrio de Çankaya. Otro ejemplo es Altιnpark, aunque si estás en el centro de la ciudad tendrás que subirte a un Dolmuş o taxi colectivo, ¡Toda una experiencia turca!.

Ahora ya no tienes excusa para acercarte a Ankara. Esta capital desconocida esconde un diamante en bruto que muchos turistas no han sabido apreciar hasta el momento, ¿quieres ser uno de los pioneros?.

 



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