Prácticamente no existe un mes en el que no se publique algún informe para alabar las propiedades del café, el té o la cafeína, o se les califique de asesinos potenciales. ¿Pueden ser ciertos todos estos informes contradictorios? La respuesta es: sí. Después de todo, el café y el té son complejas mezclas de químicos, varios de los cuales podrían afectar de manera independiente la salud. He aquí los mitos y beneficios de tan apreciada bebida.

Mitos

El Centro para la Ciencia a favor del Interés Público (CSPI, por sus siglas en inglés), publicó en marzo lo siguiente:

*Hidratación. Durante mucho tiempo se pensó que las bebidas con cafeína eran diuréticas, pero estudios recientes encontraron que las personas que consumieron bebidas con más de 550 miligramos de cafeína no produjeron más orina que cuando bebían fluidos sin cafeína. Si bebe más de 575 miligramos, la cafeína sí es diurética.

*Enfermedades del corazón. A las personas con problemas del corazón, especialmente quienes sufren de presión alta, se les pide que eviten la cafeína, la cual es famosa por sus propiedades estimulantes. Pero estudios realizados a más de 40 mil personas demostraron que no hubo un incremento en cardiopatías entre los consumidores de café, ya sea que éste tuviera o no cafeína.

"Contrario a la creencia popular", concluyeron cardiólogos de la Universidad de California en San Francisco, existen "pocas evidencias de que el café y/o la cafeína en dosis típicas incrementa el riesgo" de sufrir un ataque al corazón, muerte súbita o arritmias.

*Hipertensión. La cafeína provoca un pequeño y temporal aumento en la presión de la sangre. Pero un estudio realizado entre 155 mil enfermeras que bebieron café con y sin cafeína durante una década no tuvieron más probabilidades de desarrollar hipertensión. No obstante, sí se encontró un mayor riesgo de hipertensión en quienes tomaban bebidas de cola.

*Cáncer. En un análisis internacional en el que se revisaron 66 estudios, científicos encontraron que tomar café tuvo poca o ninguna injerencia en el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas o riñón.

*Pérdida ósea. Aunque algunos estudios han relacionado la cafeína con la pérdida ósea y fracturas, estudios fisiológicos detectaron apenas una ligera reducción en la absorción de calcio y ningún efecto en la excreción de éste, lo que sugiere que las observaciones podrían sólo reflejar que quienes beben café consumen menos bebidas lácteas. El doctor Robert Heaney de la Universidad Creighton señaló que las personas que toman café o té pero consumen la cantidad de calcio recomendada no deben preocuparse por el efecto de la cafeína en sus huesos.

*Pérdida de peso. Aunque la cafeína acelera el metabolismo, no se ha demostrado que exista un mayor control del peso a largo plazo.

Beneficios

Probablemente uno de los efectos más importantes de la cafeína es su capacidad de mejorar el sentido del humor y el desempeño mental. Quienes ingirieron hasta 200 miligramos reportaron haber tenido una mayor sensación de bienestar, alegría, energía, agudeza mental y sociabilidad, dijo Roland Griffiths, de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins, aunque cantidades mayores pueden ocasionar ansiedad y malestar estomacal.

Otra ventaja para quienes no duermen bien es que la cafeína mejora la memoria y la capacidad de desempeñar tareas complejas.

Para las personas activas, la cafeína mejora la resistencia en las actividades aeróbicas y el desempeño en las anaeróbicas, tal vez debido a que ofusca la percepción del dolor y contribuye a la capacidad de quemar grasa para generar energía en vez de quemar carbohidratos.

Una revisión de 13 estudios arrojó que las personas que bebieron café cafeinado, pero no las que ingirieron descafeinado, tuvo 30% menos probabilidades de sufrir la enfermedad de Parkinson.

Otro estudio mostró que en comparación con la gente que no toma café, quienes toman entre cuatro y seis tasas de café al día -con o sin cafeína- tuvieron 28% menos probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Este beneficio probablemente tiene que ver con los antioxidantes y el ácido clorogénico del café. (Traducción: Gabriela Cornejo)