¿Adicto a los medicamentos?, el efecto placebo
Es el fenómeno por el cual los síntomas de un paciente pueden mejorar con un ''falso'' tratamiento, porque el enfermo espera o cree que funciona. Presentan muestra en el Museo del ChopoLa fe ciega en las medicinas ha convertido en adictos a los fármacos a
muchas personas del mundo. Incluso, en cientos de casos hay quienes han
reportado mejoría cuando, sin saberlo, tomaron una pastilla sin
sustancia activa.
En 2002, por ejemplo, durante un estudio
clínico para probar el tadalafil -fármaco contra la disfución eréctil-,
se suministró un medicamento sin efecto terapéutico a un grupo de
pacientes y, sorprendentemente, 30% de estas personas logró mejorar su
desempeño sexual.
A esta situación se le conoce como efecto
placebo, es decir, el fenómeno por el cual los síntomas de un paciente
pueden mejorar con un ''falso'' tratamiento, porque el enfermo espera o
cree que funciona.
Esa dependencia de los medicamentos es retomada
por la artista plástica Gabriela Hernández para presentar, a partir de
objetos realizados con medicamentos sin sustancia activa, la adicción
que muchos seres humanos tiene a los fármacos, con el fin de lograr
momentos placenteros o carentes de dolor.
Siluetas humanas dentro de una cápsula u
objetos realizados con algún fármaco, son los recursos de los que se
vale la artista para plasmar el poder real y simbólico de los fármacos
a través de su exposición No requiere receta médica.
La idea de realizar esta muestra surgió hace un
año, cuando Gabriela vio que mucha gente a su alrededor consumía gran
cantidad de pastillas con diversos fines.
Para adentrarse en el tema, platicó con
personas que consumían fármacos sin una enfermedad aparente e investigó
en internet para conocer más a fondo esta dependencia.
''Descubrí que es mucha la gente que toma pastillas ante cualquier
molestia, porque ve en ese pequeño objeto un gran poder que le puede
remediar casi cualquier malestar''. Para la artista, hay un gran poder
que se adjudica a los medicamentos, pues la simple imagen de una
cápsula, su contenido y los efectos que se le atribuyen, transporta a
un mundo pletórico de beneficios.
La exposición, para la que utilizó alrededor de
13 mil cápsulas, consta de tres series en impresión digital sobre tela,
y una instalación de ocho columpios, construidos con cápsulas, cartón,
acrílico y monofilamento. Los objetos creados con cápsulas, los efectos
ópticos y las imágenes cuestionan sobre si la cápsula circula en
nuestro interior o si estamos encapsulados en su sustancia, dando
vueltas en un circuito cerrado de bienestar ilusorio.
La exhibición ofrece tres series: ''¿Qué ves
aquí? Interpretaciones con resultados poco verificables'', con pruebas
proyectivas que utilizan sicoterapeutas con sus pacientes para revelar,
por medio de imágenes, el inconsciente y aspectos de la personalidad de
un individuo.
En la segunda sección, ''Lo que cura es la
sustancia activa'', se muestran seres humanos encapsulados y se
evidencia la idea de que la pastilla es la que controla la voluntad. La
tercera es ''Necesidades artificiales'', que consta de 10 piezas, y es
sobre el estado de ánimo de la persona, creando una sensación de
intranquilidad. ''Sabernos parte de la fórmula y solución de un
problema nos intranquiliza, pues depende de nosotros liberarnos de las
cosas que nos perturban mentalmente. Pero, ¿quién no desearía encontrar
en una cápsula la solución?'', dice Hernández.
La exposición se exhibirá del 14 de junio al 29
de julio en el Centro Cultural Jesús Reyes Heroles (Francisco Sosa 202,
Coyoacán) y es organizada por el Museo del Chopo.
Según la Organización Mundial de la Salud, la
farmacodependencia es el estado síquico y a veces físico causado por la
interacción entre un organismo vivo y un fármaco y se caracteriza por
modificaciones del comportamiento y por otras reacciones que comprenden
siempre un impulso irreprimible por tomar el fármaco en forma continua
o periódica, a fin de experimentar sus efectos físicos, síquicos y, a
veces, para evitar el malestar producido por la deprivación.
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