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¿Adicto a los medicamentos?, el efecto placebo

Es el fenómeno por el cual los síntomas de un paciente pueden mejorar con un ''falso'' tratamiento, porque el enfermo espera o cree que funciona. Presentan muestra en el Museo del Chopo
Miércoles 13 de junio de 2007 AP | El Universal18:29

La fe ciega en las medicinas ha convertido en adictos a los fármacos a muchas personas del mundo. Incluso, en cientos de casos hay quienes han reportado mejoría cuando, sin saberlo, tomaron una pastilla sin sustancia activa.

 

En 2002, por ejemplo, durante un estudio clínico para probar el tadalafil -fármaco contra la disfución eréctil-, se suministró un medicamento sin efecto terapéutico a un grupo de pacientes y, sorprendentemente, 30% de estas personas logró mejorar su desempeño sexual.

 

A esta situación se le conoce como efecto placebo, es decir, el fenómeno por el cual los síntomas de un paciente pueden mejorar con un ''falso'' tratamiento, porque el enfermo espera o cree que funciona.

 

Esa dependencia de los medicamentos es retomada por la artista plástica Gabriela Hernández para presentar, a partir de objetos realizados con medicamentos sin sustancia activa, la adicción que muchos seres humanos tiene a los fármacos, con el fin de lograr momentos placenteros o carentes de dolor.

 

Siluetas humanas dentro de una cápsula u objetos realizados con algún fármaco, son los recursos de los que se vale la artista para plasmar el poder real y simbólico de los fármacos a través de su exposición No requiere receta médica.

 

La idea de realizar esta muestra surgió hace un año, cuando Gabriela vio que mucha gente a su alrededor consumía gran cantidad de pastillas con diversos fines.

 

Para adentrarse en el tema, platicó con personas que consumían fármacos sin una enfermedad aparente e investigó en internet para conocer más a fondo esta dependencia.

 

''Descubrí que es mucha la gente que toma pastillas ante cualquier molestia, porque ve en ese pequeño objeto un gran poder que le puede remediar casi cualquier malestar''. Para la artista, hay un gran poder que se adjudica a los medicamentos, pues la simple imagen de una cápsula, su contenido y los efectos que se le atribuyen, transporta a un mundo pletórico de beneficios.

 

La exposición, para la que utilizó alrededor de 13 mil cápsulas, consta de tres series en impresión digital sobre tela, y una instalación de ocho columpios, construidos con cápsulas, cartón, acrílico y monofilamento. Los objetos creados con cápsulas, los efectos ópticos y las imágenes cuestionan sobre si la cápsula circula en nuestro interior o si estamos encapsulados en su sustancia, dando vueltas en un circuito cerrado de bienestar ilusorio.

 

La exhibición ofrece tres series: ''¿Qué ves aquí? Interpretaciones con resultados poco verificables'', con pruebas proyectivas que utilizan sicoterapeutas con sus pacientes para revelar, por medio de imágenes, el inconsciente y aspectos de la personalidad de un individuo.

 

En la segunda sección, ''Lo que cura es la sustancia activa'', se muestran seres humanos encapsulados y se evidencia la idea de que la pastilla es la que controla la voluntad. La tercera es ''Necesidades artificiales'', que consta de 10 piezas, y es sobre el estado de ánimo de la persona, creando una sensación de intranquilidad. ''Sabernos parte de la fórmula y solución de un problema nos intranquiliza, pues depende de nosotros liberarnos de las cosas que nos perturban mentalmente. Pero, ¿quién no desearía encontrar en una cápsula la solución?'', dice Hernández.

 

La exposición se exhibirá del 14 de junio al 29 de julio en el Centro Cultural Jesús Reyes Heroles (Francisco Sosa 202, Coyoacán) y es organizada por el Museo del Chopo.

 

Según la Organización Mundial de la Salud, la farmacodependencia es el estado síquico y a veces físico causado por la interacción entre un organismo vivo y un fármaco y se caracteriza por modificaciones del comportamiento y por otras reacciones que comprenden siempre un impulso irreprimible por tomar el fármaco en forma continua o periódica, a fin de experimentar sus efectos físicos, síquicos y, a veces, para evitar el malestar producido por la deprivación.

 

alcr



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