Ad�n Medrano, una historia criminal
El narcotraficante, quien tiene una importante trayectoria al lado del capo Osi�l C�rdenas, tiene varias acusaciones en cortes federales del distrito sur de Brownsville, TexasAd�n Medrano Rodr�guez, a quien en el c�rtel del Golfo se le conoce como "el Licenciado", es solicitado por la justicia estadounidense, que lo considera como el principal operador de esta organizaci�n criminal.
El narcotraficante, quien tiene una importante trayectoria al lado del capo Osiel C�rdenas, tiene varias acusaciones en cortes federales del distrito sur de Brownsville, Texas.
Entre otros il�citos de los que se le acusa destaca la introducci�n de 100 kilogramos de mariguana a Estados Unidos.
El fiscal antidrogas, Estuardo Mario Berm�dez Molina, inform� esta ma�ana que la Direcci�n Estadounidense Antinarc�ticos (DEA) ofrec�a 2 millones de d�lares de recompensa a quien diera informes precisos para ubicar y detener a Medrano Rodriguez.
Record� que en noviembre de 1999, cuando escoltaba a Osiel C�rdenas Guill�n, jefe del c�rtel de Golfo, atent� contra dos agentes estadounidenses: uno de la DEA y otro del Bur� Federal de Investigaciones (FBI) en territorio mexicano.
Sin embargo, ante la posibilidad de desatar una persecuci�n mayor contra integrantes del c�rtel del Golfo, el narcotraficante liber� a los investigadores estadounidenses.
El titular de la Fiscal�a Especializada en Atenci�n de Delitos contra la Salud (FADS), Berm�dez Molin reconoci� esta ma�ana que gurdaespaldas de Ad�n Medrano intentaron este mi�rcoles rescatarlo de la polic�a.
Esta aprehensi�n, explic�, se produjo luego de "varios meses de investigaci�n.
No obstante, Berm�dez Molina acept� que durante el traslado de "El Licenciado" al cuartel militar "hubo un intento de los narcotraficantes por liberar a Medrano".
Frente a esta amenaza, relat� que tuvieron que comunicarse de inmediato v�a satelital con los grupos aerom�viles de apoyo y de inmediato tendieron un cerco para esperarnos con el detenido.
De esta manera, nos esperaron para abrir las puertas de la guarnici�n militar, dejarnos entrar con las camionetas y cerrar las instalaciones en donde nos apertrechamos en espera de un posible ataque que no se produjo".