Opinion

Romero se ha destacado como periodista, crítica y promotora cultural. Pero ante todo es performancera o artista triple A, definición que planteamos Víctor Lerma y yo para agrupar las vertientes del arte acción que más nos interesan.

Los artistas AAA son aquellos cuyas acciones se alejan del esquema "espectáculo". Ellos rompen la idea de artista/público como entidades separadas, utilizan el pensamiento artístico para intervenir la sociedad y trastocan el uso habitual del tiempo y el espacio en las artes. Para ellos no hay ficción, aunque la imaginación sea eje de su quehacer. Son artistas cuya obra es ACTIVIDAD, ACTITUD y ACCIÓN. Romero se explaya en los tres campos.

Para nosotros, el crear contexto, el intervenir la sociedad a partir del pensamiento artístico, es arte. A esto le llamamos ACTIVIDAD. Romero, al igual que artistas como Felipe Ehrenberg o Martha Palau, cuya labor como promotores ha sido tan fuerte como la creación de objetos, ha dedicado gran parte de su energía a moldear el sistema artístico. Sus campos de ACTIVIDAD han sido la fotografía y el performance.

En términos de ACCIÓN, que equivaldría a lo que tradicionalmente llamamos performance, la trayectoria de Elizabeth es larga. Sus acciones abordan la identidad, tanto en sus aspectos autobiográficos, como culturales. En Encantadora III hay obras generadas a partir de sus acciones como Documento de un ritual (las fotografías de Maritza López) y Códice de Sangre (el dibujo de Oliverio Hinojosa).

Sin embargo, en esta exposición Romero destaca como artista de ACTITUD.

Para Víctor y para mí, estos son artistas cuya principal obra de arte son ellos mismos. En México, los creadores han desarrollado este tipo de trabajo intuitivamente. Lo han hecho desde Kahlo hasta Cuevas. En el caso de los performanceros, para quienes esto ya es parte de su propuesta artística de manera consciente, destaca Melquiades Herrera. Para él no había fronteras entre su vida, su obra o su trabajo docente. No actuó. Pulió su ser.

Lo interesante de Elizabeth Romero como artista de ACTITUD es que ella se ha creado a sí misma como personaje, pero ha involucrado en el proceso a otros artistas. Su exposición evidencia esta creación colectiva. Ella es la "ella" que es y la que ha creado a lo largo de su vida, pero también la "ella" que otros han visto y recreado.

Un eje vital de la obra de Romero es la reflexión sobre la divinidad. Primero es musa inspiradora. Ella es Diva y su esencia es el placer. Esto queda plasmado en las fotos de Adolfo Patiño y Lucero González.

Después la mujer enfrenta a la diosa. Se hace tatuar una Guadalupana en la espalda. Lo documenta Germán Romero. Por último, ella se convierte en diosa.

La Mujer de Xipe Totec II de Mariana Dellekamp, que es un acercamiento al vientre y a los senos de Romero, nos remite a las diosas de la fertilidad prehistóricas. La artista se aproxima al mito.

Entre los cómplices del proyecto también están Pedro Meyer, Yolanda Andrade, María Eugenia Chellet, Carlos Jaurena, Pedro Valtierra y otros. No se la pierda.

Artista visual