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La Voz Invitada | Emmanuel Carballo

Los muros de agua



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En las letras mexicanas no es frecuente que las obras conserven, transcurridos algunos años, los valores que advirtieron en ellas críticos y lectores.

Nuestras novelas envejecen con prontitud. Se abruman de canas y arrugas, se tornan artríticas...

Miércoles 28 de abril de 2004

Los muros de agua


En las letras mexicanas no es frecuente que las obras conserven, transcurridos algunos años, los valores que advirtieron en ellas críticos y lectores.

Nuestras novelas envejecen con prontitud. Se abruman de canas y arrugas, se tornan artríticas, sucumben al primer amago de infarto. A mi parecer, la explicación de este fenómeno es sencilla. Crecido número de novelas que escriben (mejor, que hacen) los narradores nacionales se concretan a trasladar, con su más o su menos, la apariencia de la realidad a la literatura. Son, en otras palabras, costumbristas.

Se recrean en el color local, se extasían en la brutalidad de los hechos, se solazan en la anormalidad de algunos pobres seres humanos. Y por tal motivo suelen ser objeto que sólo divierten a los desaprensivos o a los ingenuos. Se trata de obras periféricas en las que todo se puede encontrar, menos auténticas representaciones de la vida.

En el prólogo a Los muros de agua (1941) Revueltas enumera, sin proponérselo, las causas que conceden a esta novela vida perdurable.

Escribe: "Con todo, Los muros de agua no son un reflejo directo, inmediato de la realidad. Son una realidad literaria, una realidad imaginada. Pero esto lo digo en un sentido muy preciso: la realidad siempre resulta un poco más fantástica que la literatura, como ya lo afirmaba Dostoievski. Este será siempre un problema para el escritor: la realidad literalmente tomada no siempre es verosímil o, peor, casi nunca es verosímil... Nos burla, nos `hace desatinar`, hace que perdamos el tino, porque no se ajusta a las reglas. El escritor es quien debe ponerlas.

"Sí, las Islas Marías eran un poco más terribles de lo que se describe en Los muros de agua. La cuestión se explica porque lo terrible es siempre inaparente. Lo terrible no es lo que imaginamos como tal: está siempre en lo más sencillo, en lo que tenemos más al alcance de la mano y en lo que vivimos con mayor angustia y que viene a ser incomunicable por dos razones: una, cierto pudor del sufrimiento para expresarse; otra, la inverosimilitud: que no sabremos demostrar que aquello sea espantosamente cierto".

Revueltas vivió en dos ocasiones (1932 y 1934) en las Islas Marías como preso político. Vio y padeció lo que allí sucedía, entró en contacto con delincuentes comunes de distintos grados de peligrosidad. Un novelista ingenuo hubiera escrito una obra en la que se "desenmascarase" las arbitrariedades de la justicia y relatase la "vida infrahumana" de los reclusos, adornada con las inevitables "historias" de algunos presos de vida excitante y azarosa. Un autor ingenuo, y al mismo tiempo progresista, se hubiera propuesto al escribir la novela que su estilo, encendido por la justicia, operase la trasformación radical del sistema carcelario. Los propósitos de Revueltas son, a la vez, más modestos y eficaces. De los hechos que narra (todos ellos verosímiles) se desprenden consideraciones humanitarias.

A lo largo de la novela no se distingue lo "real certificado" de lo imaginario: todo en ella es posible. Seis años después de su última estancia en las islas Pepe recuerda e inventa la atmósfera de la prisión marítima. No le preocupa el detallismo miniaturista ni la farragosa documentación realista-costumbrista. En ésta como en las restantes obras de su bibliografía, los elementos geográficos y escenográficos son casi nulos. No le interesa la geografía sino la historia. Y dentro de ella, la historia profunda de las criaturas. (Un dato significativo: Revueltas casi nunca describe físicamente a sus personajes. El lector los imagina a través de sus actos. Sólo uno, entre todos los héroes de papel, es descrito con prolija exactitud: Rosario.) Tanto los hombres como las mujeres de la novela cumplen eficazmente su vida y su destino. Quiero decir con esto que son autosuficientes, que no son instrumentos usados por el autor para acelerar o diferir la acción de la novela. La distinción entre carceleros y encarcelados se borra paulatinamente: unos y otros oscilan entre la generosidad y el egoísmo, entre el valor y el miedo, entre sus convicciones y sus conveniencias.

La historia que cuenta Los muros de agua se fragmenta en varias historias que corren hacia delante y hacia atrás. El presente, ciertos hechos del presente, invita a la remembranza y permite adivinar lo que ocurrirá en el futuro. De esa manera, Revueltas ofrece los antecedentes del personaje y las consecuencias previsibles que ellos sacarán de su estancia en las Islas.

Cumple así con una de las escasas normas ineludibles (quizá ya no) de la novela: la congruente evolución de los personajes. La historia puede resumirse en una frase: refiere los problemas (éticos y sexuales, principalmente) que origina la convivencia entre numerosos seres humanos cuyo denominador común es la carencia de libertad.

Los muros de agua es una novela de estructura extraña. Puedo decir, si violento un poco las palabras, que es una obra abierta, sin final. Concluye, y los personajes podrían seguir viviendo sus dramas en páginas no escritas pero intuidas con toda exactitud por el lector. Así, éste supone cómo los hombres y las mujeres de la novela llevarían a la vida diaria las decisiones que toman y que al término de la historia no tienen oportunidad de poner en práctica.

Seres débiles, algunos de ellos inconsecuentes, no siempre viven lo que han pensado. Así, por ejemplo, el sacrificio de Soledad no excluye la posibilidad de que renazca en ella el deseo amoroso lésbico. Este final sin final, abierto, es uno de los mayores aciertos de Revueltas. Otro no menos importante reside en el estilo poderoso, lírico sin llegar a ser estático, cósmico, que asume en forma global el desamparo y el dolor de unos cuantos individuos que, por auténticos, simbolizan al género humano.

Crítico literario



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