aviso-oportuno.com.mx

Suscríbase por internet o llame al 5237-0800




Artes Visuales | Mónica Mayer



COLUMNAS ANTERIORES

ace poco leí sobre una organización de taxis pirata que, por 120 pesos semanales, otorga a sus agremiados un documento con la imagen Guadalupana en el que se pide a las autoridades que, en nombre de la Virgen, dejen circular al chofer. La policía ...

Sábado 20 de diciembre de 2003


Guadalupe a flor de piel


Hace poco leí sobre una organización de taxis pirata que, por 120 pesos semanales, otorga a sus agremiados un documento con la imagen Guadalupana en el que se pide a las autoridades que, en nombre de la Virgen, dejen circular al chofer. La policía detuvo a uno de sus agremiados y el taxi acabó en el corralón. El taxista no lo podía creer.

Uno podría burlarse de la ingenuidad del chofer que no entendía por qué se reían los policías de este singular "amparo".

También nos podríamos enfurecer con los que abusan de la fe de otros en beneficio propio, como esa organización.

Yo quiero pensar que es una salida creativa ante el cotidiano calvario de trámites que padecemos: que si el permiso, que si la revisión, que si la placa, que si la verificación. Es una crítica severa a un sistema burocrático en el que a veces la mejor salida es la más inverosímil. Si una artista como Minerva Cuevas, cuya organización ficticia Mejor Vida Corp. emite credenciales de estudiante falsas que funcionan en la realidad, el amparo virginal podría considerarse una obra de arte conceptual involuntaria. No sólo los artistas sabemos que la línea entre la ficción y la realidad es muy tenue.

También leí que muchos presos se tatúan la imagen de la Virgen. Para ellos la protección del tatuaje no tiene nada de ficción. Al taxista quizá no le funcionó, pero la vida de un reo podría depender de esta imagen. Los inmigrantes también se tatúan a la Virgen. Los podrán despojar de todo, menos de una identidad que han marcado en su piel.

Los artistas entienden la fuerza de una imagen y saben navegar entre realidades. Quizá por eso hay dos proyectos recientes cuyo eje es un tatuaje de la Guadalupana.

Guadalupe en mi cuerpo como en mi alma es el nuevo libro de MariePierre Colle Corcuera (editorial Océano), cuyas imágenes también están en las rejas de Chapultepec en la muestra Guadalupe en la cultura popular. Y Televisa las transmitió en las mañanitas a la Virgen. El libro de Marie-Pierre es hermoso, pero además llegó en el momento indicado, por lo que cada vez toma más bríos.

El proyecto surgió cuando la autora conoció a un joven trabajador lleno de tatuajes. Le preguntó si tenía uno de la Virgen. Él lo mostró orgulloso y dijo "Guadalupe en mi cuerpo y en mi alma". De ahí surgió una amplia investigación iconográfica con obra de fotógrafos como Eniac Martínez y Lourdes Almeida, así como con arte contemporáneo basado en esta imagen que evidentemente está tatuada en nuestra cultura.

No sé si el culto guadalupano hoy es más fuerte porque las cadenas televisivas lo promueven cada vez con más vehemencia o si la gente necesita alguien que lo escuche y responda a sus súplicas. Sería interesante hacer una encuesta para ver qué consideran más efectivo para resolver sus problemas: participar en una marcha o en una peregrinación. Quizá el fervor religioso está más presente porque nos rige el PAN, aunque si hace unos años alguien me hubiera dicho que un gobierno del PRD iba a patrocinar una muestra Guadalupana en Chapultepec, hubiera dicho que para eso hacía falta un milagro. Parece que el pueblo y los poderes se están aferrando a la misma hojita de papel que el taxista.

Concluyo con la obra de Elizabeth Romero, quien hace unos días, a manera de performance, se hizo tatuar una Guadalupana en la espalda. Ella lleva décadas reflexionando sobre la Virgen en textos y obra plástica. Pero este año algo la llevó a invocar su presencia permanente en su cuerpo. Estuve ahí y vi cómo el hábil trazo de Piraña la hizo aparecer. Aunque rechazo la idea de sacrificio y huyo del dolor, su acción me conmovió.

http://www.pintomiraya.com.mx



PUBLICIDAD.